Todas las gestantes deben llevar un control de su embarazo, pero existen casos en que este control debe ser más preciso. Uno de estos casos es el de las embarazadas diabéticas tanto si se trata de diabetes pregestacional como de diabetes gestacional.
Aquilina López, enfermera especialista en diabetes y embarazo de la Unidad de Obstetricia Hospitalaria del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil (CHUIMI), explica cómo se llevan a cabo estos controles en el Materno.
“En la consulta de enfermería dos enfermeros hacemos el control de la embarazada tanto con diabetes gestacional como con diabetes pregestacional y también hacemos control preconcepcional del embarazo”, explica. Además de estos controles también realizan llevan el seguimiento de “las cirugías bariátricas que no se les debe hacer una sobrecarga y a algunas personas con obesidad que quieren quedarse embarazadas”.
Aquilina López señala que “las diabéticas preconcepcionales son aquellas mujeres que son diabéticas, que se quieren quedar embarazadas y que hacen un control previo para tener una buena hemoglobina, tener un buen peso y disminuir los riesgos del embarazo”.
Por otro lado están la diabética gestacional que es “aquella mujer que desarrolla una diabetes estando embarazada que no era normalmente diabética”, explica. En estos casos “el tratamiento normalmente es dietético y ejercicio, cuidado higiénico dietético”. Sin embargo, “la que era previamente diabética el control es un poco más complicado porque algunas están insulinizadas”. Este tipo de diabéticas pregestacionales suelen ser de tipo 1 y tipo 2 y el trabajo del equipo de enfermería es “controlarles cómo comen, el ejercicio, las pautas de insulina, los cambios de pautas además del seguimiento normal de una embarazada”.
En estos casos, “a las preconcepcionales se les enseña a comer al principio, a comer por raciones, ver qué cantidad de hidratos de carbono comen, no solo en lo que aportan sino también en alimentos envasados y ponerse al insulina de acuerdo con eso”, explica la enfermera y una vez que ya están controladas vienen una vez al mes porque ya saben comer bien, el efecto del ejercicio, cómo tienen que ponerse o quitarse insulina dependiendo de lo que hagan”. En el caso de las diabéticas pregestacionales deben acudir “una vez por semana o como mucho una vez cada 15 días si llevan bien el control y si el control no es bueno se pueden ver una, dos o tres veces en semana, las veces que precise”.
Además de llevar un control de la salud de la futura madre diabética, en el control de enfermería también se encargan de informar a todas las gestantes en esta situación. Aquilina López destaca que en el caso de “las diabética gestacionales, esas mujeres que debutan en el embarazo, al principio se hace un taller donde se ven varias mujeres, se les explica qué es la diabetes gestacional, qué cuidados tienen que tener, los riesgos que tienen que tener y la alimentación que deben seguir con el ejercicio”. Y, por su parte, “a las tipo 1 y tipo 2, diabéticas pregestacionales, se les realiza el taller individualmente mientras que las gestacionales es en grupo”.
Tras la realización de los talleres, “a la semana se miran los controles, se les enseña a hacerse las glucemias y si está todo normal se les cita a la siguiente semana y si es patológico también. A la siguiente semana si es normal se le cita al mes y las que no son normales se les sigue citando por semanas hasta lograr un buen control que puede ser con medidas higiénico dietéticas o con insulinización”.
La enfermera hace referencia al papel del equipo de enfermería cuando una gestante descubre que es diabética gestacional ya que “las diabéticas pregestacionales ya saben a qué se arriesgan” pero para las embarazadas que no eran diabéticas supone un momento difícil. “La mayoría cuando se lo cuentan se asusta muchísimo y a veces el papel de enfermería es simplemente sentarse a escucharlas, quitarles los miedos y dejar que lloren” explica.